Buscar este blog

jueves, 2 de febrero de 2012

Fort, Marc o Bieber... esa es la cuestión


MATÍAS CASTRO
El público solo quiere entretenimiento. Por eso importa si Selena Gomez quiere o no hablar de Justin Bieber, su novio. O que Ricardo Fort haya conocido a un movilero de televisión que supuestamente le parecía atractivo. O si Marc Anthony se siente unido para siempre con Jennifer Lopez, a pesar de que se separaron el año pasado. No importa lo que se diga ni qué tan veraz resulte, la cuestión a la hora de hablar de la farándula es que los temas llamen la atención por medio de la irrelevancia.
Ayer repasé una gran cantidad de titulares que se han publicado a lo largo de los años en la prensa de Estados Unidos, afirmando que la actriz Jennifer Aniston estaba embarazada. Nunca lo estuvo, a pesar de que varios de esos titulares confirmaban con gran destaque y entusiasmo que se trataba de mellizos. Detrás de esa insistencia, que es más o menos la misma que se ha visto a la hora de buscar noticias falsas sobre Brad Pitt y Angelina Jolie, aparece la necesidad del público de recibir entretenimiento fácil de digerir de parte del ambiente farandulero.
Eso es lo que explica que el hecho de que Ricardo Fort se encuentre en cámaras con un movilero de televisión sea toda una noticia. Es decir, es un chiste más, una anécdota que el público mira para pasar el rato y que para Fort equivale a más minutos de vida mediática y también promoción de sus espectáculos teatrales. Cuanto más ruido se haga, aunque no hayan nueces, mejor. Esa es la regla para estos temas y no necesariamente la aplican los famosos, sino más bien los medios como ya se vio en el caso de las noticias falsas sobre Jennifer Aniston.
Muchos se han preguntado por qué existen famosos que apoyan sus nombres en la nada y cuál es el motivo por el que el mundo de la banalidad, del vacío total, funciona como un gran espectáculo consumido por millones. Es entretenimiento puro que no exige nada, que parece importante y que parece tener que ver con nuestras vidas cotidianas, pero que es todo lo contrario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario