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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Mercurio, Justin Bieber, y el futuro de los ídolos del Pop


Que chico que creció a finales de los 90's no recuerda con terror la música, arreglos y letras de "Explota Corazón" o "Trece años"; en mi caso un ritual diario gracias a mi hermana y sus amigas, quienes sin piedad o miramientos de volumen, escuchaban y coreografiaban los discos de Mercurio una y otra vez como una tortura dantesca que ahogaba las voces de Eddie Vedder o Radiohead que yo intentaba oír. Ahora, en algún lugar del mundo, la tortura se repite; solo que esta vez la hermana y sus amigas escuchan "Baby" de Justin Bieber en un bucle infinito. El chico, sin embargo, sigue rechinando los dientes.
Esta dinámica entre la estrella de pop de momento y sus fans, la cual se destaca por un inexplicable frenesí de parte del contingente femenino en particular, no se inició con Justin Bieber o Mercurio, y ni siquiera con New Kids on the Block. Se remonta a la época de los Beatles, o si se quiere, a Elvis, aunque muchos dirían (y yo concuerdo) que el primer ídolo de las adolescentes fue Rudolph Valentino, cuya muerte prematura a la edad de 31 años en 1926 causo una histeria masiva en la época.
Lo que es curioso es también como la energía y atención delegadas por los fans y los medios a un individuo, sea mujer o hombre, tiende a disiparse abruptamente después de un tiempo. Hace un par de años, navegando por Youtube en busca de canciones circa 1997 me tope por casualidad con aquel video que introdujo Mercurio a las masas: "Enamoradísimo". Extrañamente (y perturbadoramente) el escuchar la música de aquel grupo que había olvidado completamente, invito la nostalgia, y me dio por averiguar vía Google cual había sido el destino final de Mercurio. Como ocurre en el caso de varias bandas después de su época de apogeo, Mercurio había subsistido de una forma u otra, aunque sus miembros integrales estaban casados o dedicados a otras cosas (Héctor había estudiado para piloto!). En este año, planes de un "reencuentro" eran inminentes, el tiempo y la distancia siempre delegando a la música el lugar apreciativo en la memoria que suele perderse con el capricho de la novedad.
¿Podemos adivinar el destino de Justin Bieber o Lady Gaga mirando el de bandas como Mercurio o cantantes como Britney Spears, o tendrán ellos la fortuna de una larga carrera como la de Michael Jackson y Madonna? Solo el talento y el tiempo lo pueden determinar. Lo que es completamente cierto es que las chicas crecen y se cansan de coreografiar. Mi hermana, ahora de 27, tiene otra estrella que ocupa toda su atención: mi sobrina Sofía de 1 año. Pero de una forma u otra, siempre se vuelve a las raíces, y las fans a los reencuentros.
Yo por lo pronto vuelvo a mis temas de interés con la clara convicción que el bucle infinito de la música Pop popular y su imperio en los medios y la vida cotidiana es tan inevitable ahora como lo fue en las épocas en que se imponía en mi vida a través de mi hermana. Sin embargo, aun hoy no le he cogido el gusto. Especialmente cuando hay bandas tan extraordinarias que siguen apareciendo cada día.
Por fortuna de Dios!
Photo: Wikimedia Commons
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